El sector financiero es uno de los mercados más regulados y fiscalizados en el mundo. Y la razón es simple: esta industria tiene un impacto directo en la gestión del dinero de usuarios y organizaciones. Por eso es fundamental que las instituciones que forman parte de él, desde las pequeñas hasta las gigantes multinacionales, tengan un compliance de calidad para ofrecer servicios financieros.

Este conjunto de procesos y controles garantiza que las empresas están ofreciendo sus productos y servicios en conformidad con las leyes y regulaciones existentes en cualquier país. Entre ellas, normas sobre combate al lavado de dinero y a los delitos financieros, gestión de liquidez y capital, relación con clientes y usuarios. Por eso, los que tienen un proceso de compliance efectivo reducen significativamente las posibilidades de incumplimiento de estas normas (infracciones que pueden comprometer su valor de mercado, su reputación e incluso la supervivencia de la empresa).

En este post, te mostraremos qué es el compliance financiero y por qué es tan importante en la industria de las finanzas. También te contamos los desafíos y riesgos que rondan el sector de los servicios financieros, además de indicar medidas que ayudan a mejorar la eficiencia de tu programa de compliance.

¿Qué es el compliance financiero y qué hace? 

El compliance en los servicios financieros es la estructura de personas, procesos y sistemas dedicados a garantizar que se cumplan las normas externas e internas, y que las directrices sean efectivas para cubrir los principales riesgos de una compañía. Estas organizaciones que prestan servicios financieros pueden ser bancos, fintechs, cooperativas, corredoras u otras entidades, como correspondientes bancarios (por ejemplo, las loterías).

Al seguir con atención el programa de compliance, las empresas y sus clientes reducen riesgos reputacionales, financieros, legales y operativos, y contribuyen a un ecosistema financiero más saludable y perenne. Esto hace que las compañías sean más capaces de combatir y desalentar prácticas como lavado de dinero, evasión de divisas y evasión fiscal.

La efectividad del programa de compliance también mitiga pérdidas financieras de una institución financiera que provengan de penalidades aplicadas por su incumplimiento, como multas, procesos administrativos, sanciones y fraudes. Después de todo, además de ser financieramente costosos, estos contratiempos traen consigo daños a la imagen de la marca y perjudican gravemente su reputación en el mercado.

El programa de compliance para ofrecer servicios financieros está compuesto por algunos pilares centrales:

  • Evaluación de riesgos y monitoreo de transacciones y procesos de aprobación de operaciones financieras; 
  • Soporte a la alta administración, con creación y mantenimiento de procesos y controles en finanzas, como códigos de ética y conducta relacionados con recursos financieros; 
  • Entrenamientos con empleados para mitigar riesgos al incurrir en irregularidades internamente o con clientes y socios; 
  • Medidas previas (due diligence) para evitar incumplimientos al tratar con otras empresas, terceros y socios en general (por ejemplo, coordinando procesos de verificación de identidad KYC/KYB para el onboarding de clientes); 
  • Comunicaciones a organismos reguladores sobre posibles irregularidades o movimientos sospechosos relacionados con clientes.

¿Cuál es la diferencia entre compliance financiero y compliance corporativo?

A pesar de compartir el mismo nombre, el compliance financiero es diferente del compliance corporativo (el término “compliance” no significa más que cumplimiento).

Si bien el compliance financiero se centra en los puntos que explicamos anteriormente, el área de compliance corporativo es responsable de velar por el cumplimiento de las políticas y procedimientos internos, investigando cuestiones que puedan haber violado estándares establecidos de ética y conducta (como, por ejemplo, acusaciones de acoso moral y sexual).

Temas y estándares a los que el compliance financiero debe estar atento

Algunos de los principales estándares que son monitoreados de cerca por los organismos reguladores y de cumplimiento financiero que mencionamos son:

  • Lineamientos para la Prevención del Lavado de Dinero y Combate al Financiamiento del Terrorismo (PLD, PLDFT o PLAFT), como medidas enfocadas a prevenir el uso del sistema financiero para delitos de lavado de activos (anti-money laundering, o AML) y seguimiento a las recomendaciones del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI);
  • Leyes generales sobre instituciones de pago en los países que una empresa opera;
  • Leyes de protección de datos, secreto bancario y sistemas de control interno;
  • Normas que regulan la relación de clientes y usuarios de entidades financieras;
  • Gestión de riesgos y de capital, requisitos mínimos de capital y gobernanza de entidades financieras;
  • Y estándares de seguridad de la información y ciberseguridad, entre otros.

Los beneficios del compliance bien hecho (y los riesgos de no tomarlo en serio)

Más que nada, el compliance existe para preservar la credibilidad y la integridad de una organización. Aun así, incluso con un compliance financiero bien ejecutado, todavía existen riesgos de irregularidades como falsificación de contratos, fraude y malversación de fondos que pueden comprometer gravemente a la empresa, ya sea que provengan de empleados, usuarios, proveedores o socios y clientes.

Por eso es esencial tomarse en serio la creación de un equipo de compliance financiero calificado. De esta forma, no sólo la gestión de riesgos es más eficiente, sino que también asegura:

  • Más seguridad en la gestión de efectivo, permitiendo un margen financiero más predecible;
  • Mayor garantía de la buena imagen de la empresa, lo que es especialmente importante para quienes tratan con el sector financiero y apuestan por una buena experiencia del cliente;
  • Mayor productividad de los equipos, ya que las políticas y procedimientos claros aumentan la confianza en que la empresa está operando de conformidad y reducen los retrasos en los procesos que requieren una intervención activa de compliance;
  • Más confianza para los stakeholders, como los inversores, lo que aumenta el valor añadido de la empresa y garantiza más oportunidades de negocio y de recaudación de fondos.

Estar atento hoy evitará serios dolores de cabeza en el futuro 

La negligencia en el cumplimiento de las normas genera efectos negativos que van más allá de las consecuencias que mencionamos. Los casos más graves de violaciones al compliance financiero pueden llevar a escenarios como: 

  • Salida de inversores, 
  • Pérdida de licencias para operar en el sector financiero, 
  • Suspensión de actividades e inversiones en adecuación, 
  • Y, en casos más graves, incluso responsabilidad penal, con prisión de responsables y condenas criminales.

Un caso (muy) famoso de incumplimiento del compliance 

Quince años después, la quiebra del banco Lehman Brothers en 2008 sigue siendo uno de los mayores ejemplos de las consecuencias del incumplimiento de normas y regulaciones. En ese momento, el gigante banco quebró en medio de lo que se conoció como la “crisis de los subprimes”. ¿El motivo? Ignoró varias alertas internas de que su sistema de gestión del riesgo crediticio era ineficaz, lo que podría llevar a su liquidez al colapso.

El caso desencadenó una serie de otras quiebras, resultando en pérdidas financieras significativas para correntistas, empresas y el propio gobierno estadounidense, que tuvo que intervenir para evitar más quiebras en el sector. Este fue el episodio que marcó la famosa crisis financiera de 2008, que tuvo impacto en la economía global.

Desafíos del compliance en el sector financiero 

Hoy en día, el dinámico escenario tecnológico, regulatorio y financiero hace que el compliance tenga que actualizarse constantemente y estar atento a varios riesgos potenciales simultáneamente. Entre los puntos que más desafían al sector hoy están:

  • La complejidad de procesos, sistemas y datos, ya que monitorear una gran cantidad de información y bases de datos requiere bastante apoyo tecnológico y organización interequipos. 
  • El ambiente digital cada vez más sofisticado, que exige elevar el nivel tecnológico del compliance frente a fraudes, lavado y demás irregularidades que van evolucionando – ya sea usando procesos de automatización, mejorando programas KYC/KYB o profundizando medidas AML a través de estándares internacionales. 
  • Además, el ambiente regulatorio que cambia rápidamente exige reestructurar continuamente los mecanismos del compliance (e incluir en el proceso otros sectores clave de las empresas) y estar atento a cambios a corto plazo. 
  • Y el aumento de demandas éticas y reputacionales por parte de stakeholders – ya sean inversores o clientes – exige un comportamiento cada vez más cuidadoso por parte de las empresas (y las instituciones financieras) en sus procesos.

Y para ofrecer productos y servicios financieros con conformidad regulatoria… 

… Algunas iniciativas son particularmente importantes para elevar el nivel del compliance y ofrecer servicios y productos financieros en su empresa con menos riesgos: 

  • No solo el compliance debe coordinar un código ético y conductual relacionado con actividades financieras, sino que también debe proporcionar constantemente capacitaciones a los equipos empresariales para reforzar la importancia del documento; 
  • Incluir todos los aspectos del negocio grandes o pequeños internos o externos en el programa del compliance. Un fraude no evitado o reparado por parte del cliente puede causar graves daños; 
  • Centralizar y mantener siempre actualizados los sistemas de monitoreo, bancos de datos relevantes, flujos aprobatorios y evaluaciones de riesgo;
  • Tener mucha atención a la actualización de regulaciones gubernamentales y nuevas leyes, aplicándolas eficientemente y lo más rápido posible.

En resumen, el compliance es esencial para cualquier empresa que ofrezca productos o servicios financieros – independientemente del tamaño, alcance o ubicación. Crear un programa de calidad protegerá a la empresa, los socios y sus clientes. Siempre es bueno repetirlo: ¡mejor prevenir que curar!

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Autor

  • Breno Salvador

    Periodista y Máster en Relaciones Internacionales de Río de Janeiro. Fue reportero, redactor, productor e investigador antes de unirse a nuestro equipo de Marketing. Curioso y bromista, se compara a una esponja: donde quiera que vaya, le gusta absorber, aprender y experimentar lo que cada lugar tiene de único. Le encantan la música, los libros, las mascotas, cocinar, las cuestiones sociales, el fútbol y el tenis.

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