El mercado de tarjetas corporativas va creciendo en todo el mundo: estudios señalan que, a nivel mundial, esta industria debe expandirse a una tasa anual superior al 7% hasta el 2026. Y esto no es una sorpresa, ya que ofrecer tarjetas para los colaboradores de tu empresa es siempre un éxito frente a otras modalidades de gestión de expensas corporativas.
Esta herramienta aporta mucha practicidad y seguridad a todas las áreas, permite controlar los gastos, genera ahorros para las empresas y acaba con los clásicos problemas de trámites y reembolsos que consumen tanto tiempo. Y, para que no pierdas esta oportunidad, te enseñamos en este post todo lo que debes tener en cuenta para empezar a ofrecer tarjetas corporativas en tu empresa – y cómo aprovechar todo el potencial de esta solución.
El mercado de tarjetas corporativas
Un estudio reciente de la analista de mercado Beroe indica que esta industria global, que hoy tiene un tamaño de mercado de más de USD 32 mil millones, avanzará a una tasa de crecimiento anual compuesto (CAGR, en inglés) del 7% hasta el 2026. Este mismo aumento porcentual se espera para el mercado latinoamericano – es decir, hay mucho espacio para la evolución del sector en todo el continente. Y en Brasil, por ejemplo, esta ola ya se nota hoy: el volumen de gastos con tarjetas utilizadas por empresas aumentó un 30% entre 2021 y 2022.
Mientras tanto, la creciente digitalización en el mercado de tarjetas también avanza en el segmento corporativo. Según una investigación de Market Research Future (MRFR), se espera que el mercado de tarjetas corporativas exclusivamente digitales crezca a una media anual del 6,90% para 2030, alcanzando un tamaño de mercado de alrededor de USD 6 mil millones al final de este período.
Veamos a continuación por qué el crecimiento de este mercado no es ninguna banalidad.
Las ventajas que tienes al elegir usar tarjetas corporativas
En comparación con los antiguos esquemas de gastos corporativos (con procesos de compra, contabilidad y reembolso lentos y confusos), las tarjetas corporativas simplifican enormemente la forma que las empresas administran sus gastos. Te contamos cuáles son sus principales ventajas:
Más control de gastos
Con las tarjetas corporativas, a cualquier empresa le resulta más fácil controlar los límites de gastos que realizan tus equipos, gracias al seguimiento de las transacciones realizadas en la tarjeta. Además, también se pueden predefinir los valores y las categorías de gastos, evitando desperdicios o mal uso con consumos no relacionados con las actividades (y necesidades) de la empresa.
Esta combinación no solo brinda más seguridad contable cuando se deben hacer los gastos, sino que también ayuda a organizar las liquidaciones de impuestos de la empresa más adelante.
Menos burocracia
Un colaborador se va de viaje de negocios para la empresa y… sufre con formularios y largos tiempos de espera para el reembolso, ya que este proceso es mucho más lento y burocrático que pagar directamente con tarjeta. Las tarjetas corporativas reducen significativamente el tiempo dedicado a este proceso y también evitan que el colaborador gaste de su bolsillo.
Seguridad y practicidad
Las tarjetas corporativas son un gran ejemplo de los avances en digitalización, siendo mucho más seguras y prácticas de usar que el efectivo. Y se pueden utilizar tanto para compras físicas como digitales, lo que da versatilidad para comprar, por ejemplo, tanto productos de forma presencial como contratar servicios online.
Posibilidad de más beneficios y ventajas
Una empresa no solo logra mayor comodidad con la tarjeta corporativa a nivel individual, sino que también puede negociar bonos y recompensas, como descuentos, cashback y puntos en programas de fidelización al utilizar tarjetas de la marca de su elección.
Cómo prepararse para elegir las tarjetas corporativas que vas a ofrecer
Como cualquier otra tarjeta del mercado, las corporativas pueden ser de diferentes tipos: débito, crédito o prepagas. Es importante empezar por elegir la que mejor se adapte a las necesidades de tu empresa y de tus colaboradores, pero sin dejar de lado otros puntos clave en la definición de este medio de pago, como:
- Flexibilidad e infraestructura para la gestión de gastos;
- Sistemas de seguridad;
- Beneficios y recompensas;
- Costos y tasas;
- Soporte y atención al cliente.
A continuación detallamos algunos de estos puntos:
Descubrir el tipo de tarjeta que se adapta a tu negocio
El modelo de negocio de cada tipo de tarjeta es único, y cada una resulta en un impacto financiero y contable diferente. De ahí viene la necesidad de elegir cuidadosamente cuál adoptar. Las principales opciones en el mercado son:
- Tarjeta de crédito corporativa: como una tarjeta de crédito normal, cuya gestión de gastos y pago la realiza la empresa al cierre de la factura;
- Tarjeta de débito corporativa, que debitará directamente de una cuenta de empresa, en tiempo real, los gastos incurridos;
- Tarjeta prepaga corporativa, cuyos gastos están limitados a los valores que en ella se liberen por parte de la empresa.
Ninguna de las opciones tiene necesariamente una ventaja sobre las demás: ¡se trata de decidir cuál se adapta mejor a la forma en que opera su empresa! Por ejemplo, si deseas utilizar tarjetas corporativas para viajes de negocios o para comprar un servicio/equipamiento específico cuyo valor ya se conoce, una tarjeta prepago es una opción inteligente, ya que se puede cargar con el monto exacto necesario para la compra.
Definir reglas y políticas de uso de la tarjeta
Antes de decidir, es importante definir las políticas de uso que se aplicarán a las tarjetas corporativas. Esto incluye, por ejemplo, cuáles gastos cubrirá la tarjeta, cuáles son los límites de gasto y cómo se harán los controles. ¡Es importante que estas políticas estén claras para todos los colaboradores!
Para planificar la política de uso de tarjetas corporativas en tu empresa, vale la pena considerar puntos como:
- Los usos que se van a dar a las tarjetas corporativas. ¿Viajes de trabajo? ¿Compras de equipamientos? ¿Contratación de servicios para la empresa? ¿Iniciativas de trabajo en equipo patrocinadas por la empresa, como los afters? Esto ayuda a comprender incluso la cantidad de tarjetas que se brindarán dentro del equipo;
- Partiendo del uso de estas tarjetas, pasamos a las categorías de gastos: es necesario dejar claro qué tipo de gastos se pueden o no pagar con la tarjeta corporativa, para evitar usos indebidos e incluso fraudes, y asegurarse de que estos gastos estén en conforme al uso que la empresa decidió;
- Límites de gastos, definiendo cuánto tendrán disponibles los colaboradores para los gastos planificados por la empresa;
- Qué perfil de equipos y colaboradores tendrán acceso a la tarjeta.
Los diferenciales para elegir el partner de tarjetas corporativas adecuado
Ahora que ya sabes qué tipo de tarjeta corporativa te interesa ofrecer en tu empresa, es hora de pensar en quién te ayudará a hacerla realidad. En este momento, es fundamental elegir una empresa que ofrezca un servicio flexible, completo, personalizado y a un precio competitivo.
¿Y a qué debes prestar atención para elegir el partner más apropiado para esta jornada con las tarjetas corporativas?
- Experiencia y confiabilidad en el mercado;
- Infraestructura, tecnología y seguridad, con enfoque en la integración con tu tecnología y sistemas existentes, así como controles de seguridad como sistemas antifraude y protección de datos del usuario;
- Herramientas de gestión y reporting para facilitar la organización de gastos;
- Flexibilidad y personalización, brindando facilidad de uso: siempre vale la pena buscar una solución intuitiva que no cause confusión cuando la usan los colaboradores;
- Calidad del soporte y servicio al cliente;
- Variedad de productos y servicios – además de tener, por ejemplo, soluciones de tarjetas virtuales, presta atención a extras como seguros y asistencia contable;
- Amplia red de aceptación de tarjetas;
- Tarifas y precios competitivos.
¡Es hora de dar el siguiente paso!
¿Todo listo para comenzar a ofrecer tus propias tarjetas corporativas? Con las tarjetas en mano, es hora de capacitar a tus colaboradores sobre cómo usarlas de manera correcta y eficiente. Esto incluye, por ejemplo, explicar cómo realizar compras con la tarjeta, cuáles serán el proceso y las reglas para usar esta tarjeta, cómo enviar comprobantes fiscales y cómo utilizar las herramientas de control disponibles en la solución que haya elegido.
No importa lo que elijas: optar por las tarjetas corporativas es un win-win: la empresa gana, el colaborador gana. Todos con más seguridad, mejor control de gastos y más facilidad para hacer las compras necesarias sin aquellos antiguos procesos que parecían eternos.